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sábado, 25 de marzo de 2017

LA INTERCESIÓN DE UN VERDADERO PROFETA


(Autor: Joseph Gonzalez)

Mucho se habla de lo profético hoy,  pero poco se conoce al profeta, vaticinar el futuro con acierto,  no convierte a un hombre o mujer en profeta o profetisa. No confundamos el don de la profecía con el llamado a ser profeta.

Desde la misma Escritura podemos comprobar que un verdadero profeta se pasa la mayor parte del tiempo “hablando con Dios, que hablando de Dios”.

Hoy muchos que dicen ser profetas confunden su mente, embriagados por el cumplimiento de los vaticinios, se alejan de la verdadera esencia de este maravilloso llamado ministerial.

Primero debemos saber que un hombre o mujer no es profeta o profetisa solo porque se capacita, sino porque ha nacido para serlo: PROFETA SE NACE Y LUEGO SE HACE.

Jeremías 1:5
5. Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

Desde este versículo debemos comprender que un hombre que es profeta no lo es para sí mismo, para su propósito personal mezquino y egoísta.
El profeta o profetisa está SANTIFICADO, es decir apartado para el Dios Eterno y verdadero.
El profeta o profetisa ha sido apartado por el Eterno para su propósito, eso es lo primero que todo varón o mujer que se diga profeta o profetisa debe entender: “ser  apartado (santificado) para el Eterno.
Si como profeta no comprendemos que somos para Él, nunca podremos ser dados a las naciones.
Así mismo en cuanto comprendemos que hemos sido apartados para el Dios Vivo, es el preciso momento en cuanto somos DADOS a las naciones. Con esto quiero decir que no se me puede ocurrir como profeta que soy, que todo lo que me ha sido dado es para mí, para mi deleite, por lo contrario todo lo que me ha sido dado es para las NACIONES.
Moisés entendió esto muy bien y fue probado y además “aprobado” por el Eterno.

Éxodo 32:9-10
9. Dijo más Yahvéh a Moisés: Yo he visto a este pueblo, que por cierto es pueblo de dura cerviz.
10. Ahora, pues, déjame que se encienda mi ira en ellos, y los consuma; y de ti yo haré una nación grande.

"UN PROFETA ES PROBADO, PARA SER APROBADO"

Como vemos, Moisés tuvo la oportunidad de ser elevado por sobre todo y convertirse en un padre de una nueva nación, pero se rehusó. En lugar de exaltarse a sí mismo se humilló y estuvo dispuesto a dar su vida para salvar a un pueblo (nación).
Moisés desde la sabiduría que proviene de la humildad y el reconocimiento del poder del Eterno, presenta argumentos principales a favor del pueblo.
Yahvéh le había dicho en Éxodo 32: 7 que el pueblo era de Moisés y que él lo había sacado de Egipto. Moisés desde su humildad,  le responde diciendo que el pueblo es del Eterno y que Él lo sacó de Egipto con grandes milagros.

1.    El profeta sabe que es parte del pueblo y no dueño del pueblo (sentido de pertenencia)
ÉXODO 32
11. Entonces Moisés oró en presencia de Yahvéh su Dios, y dijo: Oh Yahvéh, ¿por qué se encenderá tu furor contra tu pueblo, que tú sacaste de la tierra de Egipto con gran poder y con mano fuerte?

2.    El profeta argumenta a favor del honor del Nombre del Eterno.

32:12 ¿Por qué dejar que los egipcios digan: “Su Dios los rescató con la mala intención de matarlos en los montes y borrarlos de la faz de la tierra”? Abandona tu ira feroz; ¡cambia de parecer en cuanto a ese terrible desastre con el que amenazas a tu pueblo! (NTV)
Moisés dice que los gentiles van a pensar mal del Eterno si mata a su pueblo en el desierto. El testimonio ante las naciones es muy importante y por eso no se debe hacer algo que los haga pensar mal del Dios de Israel, como está escrito. Leer Ezequiel 20:5-22

3.    El profeta siempre tiene su memoria activa y recuerda los pactos y promesas que Yahvéh ha hecho con sus escogidos

13. Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel tus siervos, a los cuales has jurado por ti mismo, y les has dicho: Yo multiplicaré vuestra descendencia como las estrellas del cielo; y daré a vuestra descendencia toda esta tierra de que he hablado, y la tomarán por heredad para siempre

4.    El profeta siempre es movido por la misericordia y la compasión.
32:14. “Y El Eterno desistió de hacer el daño que había dicho que haría a su pueblo.”
¿Será que Yahvéh puede cambiar sus designios? No, no los puede cambiar, en general, pero sí puede cambiar su manera de cumplirlos
¿Puede acaso el Eterno tener menos compasión que un hombre? No, la compasión que había en el corazón de Moisés vino del Eterno. No es que Moisés había ido en contra de la voluntad del Eterno.
La controversia que hubo en el corazón de Moisés, respecto a lo que el  Eterno le declaró, fue una lucha entre la justicia y la misericordia que el Eterno permite que se produzca en sus escogidos, esto activó la intercesión de Moisés. Y por ello se muestra finalmente el perdón de Yahvéh, tal cual lo hace un esposo por su amada, aunque haya cometido adulterio.
Esto muestra que un verdadero profeta tal cual Moisés, no deja de lado la justicia, pero no busca desesperadamente el juicio y la condenación de un pueblo, sino que se mueve en misericordia y compasión, tal cual lo hace Yahvéh.
5.   El profeta decididamente aborrece, lo que el Eterno aborrece

19. Y aconteció que cuando él llegó al campamento, y vio el becerro y las danzas, ardió la ira de Moisés, y arrojó las tablas de sus manos, y las quebró al pie del monte.
20. Y tomó el becerro que habían hecho, y lo quemó en el fuego, y lo molió hasta reducirlo a polvo, que esparció sobre las aguas, y lo dio a beber a los hijos de Israel.
21. Y dijo Moisés a Aarón: ¿Qué te ha hecho este pueblo, que has traído sobre él tan gran pecado?
22. Y respondió Aarón: No se enoje mi señor; tú conoces al pueblo, que es inclinado a mal.

Aquí vemos la reacción enardecida y justa de Moisés, quien no soportó tal acción del pueblo, debido a la tendencia al mal de hombre.
El profeta no negocia con lo que se opone a la Torá del Eterno, no puede aceptar nada que transgreda el orden perfecto establecido.
6.    El profeta siempre toma una posición radical en todo momento.

26. se puso Moisés a la puerta del campamento, y dijo: ¿Quién está por Yahvéh? Júntese conmigo. Y se juntaron con él todos los hijos de Leví.

Moisés tomó una posición ante un mal accionar de muchos en el campamento, no se dejó llevar por afectos, ni sentimientos, no perdió la objetividad, no fue parcial, ni permisivo, aún ante la explicación humana de su hermano Aarón.

7.    El profeta profetiza aún si la palabra que dice, aparentemente perjudica a sus seres amados

27. Y él les dijo: Así ha dicho Yahvéh, el Dios de Israel: Poned cada uno su espada sobre su muslo; pasad y volved de puerta a puerta por el campamento, y matad cada uno a su hermano, y a su amigo, y a su pariente.

Moisés profetizó lo que el Eterno había determinado, muy a pesar de lo duro que esto pueda parecer a los ojos de todos.

En conclusión estos principios son los que a mi juicio, mueven a un verdadero profeta levantado por Yahvéh, ante la tendencia al mal de los que dicen ser pueblo de Dios y evidentemente no lo son.
Moisés demostró en Éxodo 32, que nació apartado para cumplir el propósito de Yahvéh en todas las naciones.


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